Bitcoins con leche

 La hoja mellada, sonrisa del payaso de oreja a uretra. Se hunde en el pecho, se retuerce como el humor negro, como un brindis con humor vítreo. Sabor a whisky con aguarrás de garrafón en un vaso de cirujano plástico. Estridencia psicosomática a través de la imposición de manos, Jesús y los ciegos, levántate antes de las seis y anda, un andamio, tuyo, suyo, de todos. Gatos desafiando a la luna, cubos de basura y unas baquetas que solo quieren fideos ramen. Música de aullidos, todos en pie y aplaudiendo, España de 2020 a las 20 horas en el balcón, no todos los héroes tienen capa, pero se graban en Tiktok. Muere la impaciente de la 220, camilla (y mascarilla FFP2) libre, que alguien cambie la sábana santa, el espectro regresando a Medusalén por la escalera de emergencia, riesgo de (de esta salimos más fuerte, Shizuka con peluca) emergencia climática, no uses el coche que contamina (Soldados de Salamina; te alejas, Javier cercas), dejad que Taylor Swift y los niños viajen en jet privado y se acerquen a mí. Mi nombre es el de todos los hombres que se llaman una vez al año. Houston, tenemos un problema, Dallas, tenemos un enema.

Blut aus Nord – Métanoïa

10 comentarios sobre “Bitcoins con leche

  1. No tengo muy claro lo que has escrito, pero has provocado una catarata de imágenes que han ido directas a mí inconsciente despertando sensaciones olvidadas. Pero ahí estaban. Y siguen, algunas después de cuatro años.

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